de/di Santos Domínguez Ramos
(trad. Marcela Filippi)
La muerte me pronuncia.
Caí contra la piedra y herido ya de muerte,
mi cuerpo hace un recuento de todas sus heridas:
las de ahora y las otras antiguas que dejaron
cicatrices y el hueco del dolor en la carne.
La muerte me pronuncia en Pérgamo esta tarde,
pero yo me resisto, rendida ya la espada,
apoyado en mi escudo, apoyado en mí mismo,
desnudo ante el destino.
La tarde transparente,
el aire tibio, el sueño letal de la batalla
me dejan en la herida otra flecha sangrante
y otra grieta profunda que me arde en el costado:
el material punzante del recuerdo.
La morte mi pronuncia.
Son caduto contro la pietra ormai ferito a morte,
il mio corpo fa un ricordo di tutte le sue ferite:
quelle di adesso e le altre antiche che hanno lasciato
cicatrici e la cavità del dolore nella carne.
La morte mi pronuncia a Pergamo questa sera,
ma io resisto, deposta ormai la spada,
appoggiato al mio scudo, appoggiato a me stesso,
nudo davanti al destino.
La sera trasparente,
l'aria tiepida, il sonno letale della battaglia
mi lasciano nella ferita un'altra freccia sanguinante
e un'altra lesione profonda che mi brucia nel costato:
il materiale pungente della memoria.
(de Cuaderno de Italia)
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