martedì 27 aprile 2021

JULIA

 de/di Luis Alberto Cuenca

(trad. Marcela Filippi)


Mientras haya ciudades, iglesias y mercados, 

y traidores, y leyes injustas, y banderas; 

mientras los ríos sigan vertiendo su basura 

en el mar y los vientos soplen en las montañas; 

mientras caiga la nieve y los pájaros vuelen, 

y el Sol salga y se ponga, y los hombres se maten; 

mientras alguien regrese, derrotado, a su cuarto 

y dibuje en el aire la V de la victoria; 

mientras vivan el odio, la amistad y el asombro, 

y se rompa la tierra para que crezca el trigo; 

mientras tú y yo busquemos el medio de encontrarnos 

y nuestro encuentro sea poco más que silencio, 

yo te estaré queriendo, vida mía, en la sombra, 

mientras mi pecho aliente, mientras mi voz alcance 

la estela de tu fuga, mientras la despedida 

de este amor se prolongue por las calles del tiempo. 


Finché ci saranno città, chiese e mercati,

e traditori, e leggi ingiuste e bandiere;

finché i fiumi continueranno a gettare la loro sporcizia

nel mare e i venti soffieranno sulle montagne;

finché cadrà la neve e voleranno gli uccelli ,

e il sole sorgerà e tramonterà, e gli uomini si uccideranno; 

finché qualcuno tornerà, distrutto, nella sua stanza

e disegnerà nell'aria la V della vittoria;

finché vivranno l'odio, l'amicizia e lo stupore,

e si romperà la terra per far crescere il grano;

finché tu ed io cercheremo il modo d'incontrarci

e il nostro incontro sarà poco più che il silenzio,

io ti starò amando, vita mia, nell'ombra,

finché il mio petto respirerà, finché la mia voce raggiungerà

la scia della tua fuga, finché il congedo

di questo amore si prolungherà lungo le strade del tempo.

                                                                                                                     (de El otro sueño, 1987)

venerdì 23 aprile 2021

DEDICATORIA/DEDICA

 de Angelina Gatell

(trad. Marcela Filippi)


Escucha, hijo mío, soldado:

aunque un hombre no puede importarle a un poeta

cuando el mundo naufraga;

aunque un hombre es tan sólo una chispa ligera

que apaga una ráfaga;

aunque un hombre, hijo mío,

no es nada,

cuando tantos millones de hombres,

perdida su fe y su esperanza,

caminan sin rumbo, cansados,

buscando un incierto mañana,

yo quiero cantarte, hijo mío,

soldado en la tierra quemada,

soldado en las tierras vencidas del mundo,

vejadas, amargas;

a ti sólo, soldado, hijo mío,

(la voz no me alcanza

para hablar a los hombres del mundo,

a los hombres en masa,

que tampoco escuchan la voz del poeta

que siempre desgarra…)


A ti sólo, uno a uno, dirijo mi canto

como algo muy leve que toca y que cala

y tal vez, como lluvia ligera

se quede en tu alma.


A ti sólo, soldado, hijo mío,

soldado de tierras distintas, lejanas,

soldado en las tierras del mundo,

un poeta te canta..


Ascolta, figlio mio, soldato:

sebbene un uomo non importi a un poeta

quando il mondo naufraga;

sebbene un uomo sia solo una scintilla leggera

che spegne un bagliore;

sebbene un uomo, figlio mio,

non sia nulla,

quando tanti milioni di uomini,

perduta la loro fede e la loro speranza,

camminano senza meta, stanchi,

cercando un domani incerto,

io voglio cantarti, figlio mio,

soldato nella terra bruciata,

soldato nelle terre sconfitte del mondo,

ferite, amare;

a te solo, soldato, figlio mio,

(la voce non mi basta

per parlare agli uomini del mondo,

agli uomini in massa,

che nemmeno ascoltano la voce del poeta

che lacera sempre...)


A te solo, uno ad uno, rivolgo il mio canto

come qualcosa di molto leve che tocca e che cala

e forse, come pioggia leggera

rimanga nella tua anima.


A te solo, soldato, figlio mio,

soldato di terre diverse, lontane,

soldato nelle terre del mondo,

un poeta ti canta ...

                                                                                   (de Poema del soldado. Bartleby Editores, 2020)

CUANDO ESTOY ANTE LA HOJA DE PAPEL/QUANDO SONO DAVANTI AL FOGLIO DI CARTA

 de/di María Ángeles Pérez López

(trad. Marcela Filippi)


Cuando estoy ante la hoja de papel

y pienso que la tinta la fecunda,

la ensucia felizmente con su esperma

oscuro y rumoroso como el agua,

me siento tan inútil e incapaz

mirando la fiereza del amor

de otros versos escritos desde antes

que apenas malamente si me sirven;

tan solo es que conozco la teoría

de una parte del libro que alimento

pero a partir de ahí el camino está

sin marcas ni cercado ni balido,

la soledad es mía y solo mía,

las letras más oscuras las anoto

con el aire que expulsan mis pulmones

y es mía la silbante desazón

con que pronuncio sitios y personas

si ya crecí y no puedo sostenerme

y estoy mirando sola el alfabeto

para ver cómo horada sobre el aire,

sobre el cuerpo del tiempo en el que soy,

estelas o señales demoradas.

Por eso mi mirada no es ingenua

o solo en ese resto de primaria

y soleada picazón de la alegría,

porque gané y me hice poseedora

de la zona de sombra incuestionable

con que las cosas miran a la muerte.

También de la torpeza con que miran

el sol y su calor en primavera

si llegan los manzanos a traer

el corcho del sabor ya restallado

como un licor ardiendo en el empeño

inútil e insensato de construir,

de armar un edificio de cristal

para atrapar la sombra de ceniza,

rescoldo que dejamos en el aire.


Quando sono davanti al foglio di carta

e penso che l'inchiostro lo fecondi,

lo sporchi felicemente col suo sperma

scuro e rumoroso come l'acqua,

mi sento così inutile e incapace

guardando la fierezza dell'amore

di altri versi scritti prima

che con difficoltà appena mi servono;

conosco soltanto la teoria

di una parte del libro che alimento

ma a partire da lì il cammino è

senza segni né recinzione né belato,

la solitudine è mia e solo mia,

le lettere più scure le annoto

con l'aria che i miei polmoni espellono

ed è mia la stridula inquietudine 

con cui pronuncio luoghi e persone

se sono già cresciuta e non posso sostenermi

e sto guardando da sola l'alfabeto 

per vedere come perfora nell'aria,

nel corpo del tempo nel quale sono,

scie o segnali ritardati.

Per questo il mio sguardo non è ingenuo

o soltanto in quel resto di primario

e soleggiato prurito di gioia,

perché ho vinto e ho conquistato il possesso

dell'indiscutibile zona d'ombra

con cui le cose guardano la morte.

Anche della goffaggine con cui guardano

il sole e il suo calore in primavera

se i meli giungono a portare

il tappo del sapore già sprigionato

come un liquore che arde nello sforzo

inutile e insensato di costruire,

di modellare un edificio di cristallo

per catturare l'ombra di cenere,

braci che lasciamo nell'aria.


                 (de Catorce vida y una más. Poesía reunida 1995-2012. Diputación de Salamanca, 2020)

TIBERIO (1) / (2)

 de/di Alejandro Oliveros

(trad. Marcela Filippi)


TIBERIO (1)

Que se hunda Roma en las aguas del Tíber.

No importa. En esta isla amada por Augusto 

me siento seguro. Ninguno de los vaticinios

de Trasilio se ha cumplido. Pobre adivino

que predice lo que no asusta. Hechos

sin importancia. Cuando advierto afiladas 

hojas en las togas de los ciudadanos de Roma

y restos de cianuro en el vino que ofrecen

mis amigos, este profeta de pacotilla

observa estrellas moribundas y señales

confusas en los cielos de Oriente. ¿Qué puede

significar la muerte de un oscuro judío

en Palestina frente a la perfidia infinita

de los que me rodean? En esta isla

bendecida por la luz estoy a salvo.

Me he construido una villa inexpugnable.

Puedo observar desde estas soledades

todas las naves que se acercan. A simple vista

domino el panorama que se extiende de Sorrento

a Posílipo, Pompeya, Nápoles y Prócida.

Más allá está Cuma y la horrible Sibila,

la que anuncia desastres y nacimientos

de nuevos dioses. Algo relacionado

con César Augusto en las escalinatas

del Capitolio. En Roma donde todo

sucede. Y este mentiroso de Trasilio,

el más infeliz de los adivinos, quiere

que me ocupe de la muerte de un judío

en una polvorienta ciudad de Palestina.


TIBERIO (2) 

Una transparencia de mármol rodea a Tiberio

en sus paseos por la isla encantada, su refugio

de las acechanzas y envidias de sus compatriotas.

En estos días espléndidos del mes de mayo

no es Roma lo que ocupa el pensamiento

del aventajado príncipe. Se trata de extrañas

señales, misteriosos sucesos que se han acumulado, 

como nieve en las alturas de Orvieto, en este año 

setecientos ochenta de la fundación de la Urbe. 

La historia del marino de Paxos, una relación

inexplicable, una crónica sin sentido.

Voces dolientes que se apoderaron de la nave

diciendo: “Tatmos, cuando llegues a Butrebe

anuncia a todos que el dios Pan ha muerto”.

Tiberio camina por el más azul de los aires.

¿Es posible, acaso, que un dios muera?

He dado muerte a miles de hombres, traidores,

ladrones y enemigos del Imperio. Eran hombres,

hijos de mujer y debían morir, ¿pero un dios?

Cayo Tiberio César siente que la luz de Capri,

la más transparente de las luces de la tierra,

se introduce dolorosamente en su pecho.

Antes de la historia del marino de Paxos,

un liberto llegado del Oriente le habló de aquel

falso profeta crucificado en Palestina:

“Sus seguidores dicen que ha resucitado, César,

pero son gente inculta y supersticiosa”.



TIBERIO (1)

Che Roma affondi nelle acque del Tevere.

Non importa. Su quest'isola amata da Augusto

mi sento al sicuro. Nessuno dei vaticini

di Trasillo si è compiuto. Povero indovino

che predice ciò che non spaventa. Fatti

senza importanza. Quando sospetto affilate

lame nelle toghe dei cittadini di Roma

e resti di cianuro nel vino che offrono

i miei amici, questo profeta da strapazzo

osserva stelle moribonde e segnali

confusi nei cieli d'Oriente. Cosa può

significare la morte di un oscuro giudeo

in Palestina di fronte alla perfidia infinita 

di chi mi circonda? Su quest'isola

benedetta dalla luce sono al sicuro.

Mi sono costruito una villa inespugnabile.

Posso osservare da queste solitudini

tutte le navi che si ​​avvicinano. A occhio nudo

domino il panorama che si estende da Sorrento

a Posillipo, Pompei, Napoli e Procida.

Oltre c'è Cuma e l'orribile Sibilla,

quella che annuncia disastri e nascite

di nuovi dei. Qualcosa relazionato

con Cesare Augusto sulle scalinate

del Campidoglio. A Roma dove tutto

succede. E questo mentitore di Trasillo,

il più infelice degli indovini, vuole

che mi occupi della morte di un giudeo

in una polverosa città della Palestina.


TIBERIO (2)

Una trasparenza di marmo circonda Tiberio

nelle sue passeggiate intorno all'isola incantata, il suo rifugio

dalle minacce e invidie dei suoi compatrioti.

In questi giorni splendidi del mese di maggio

non è Roma che occupa il pensiero

dell'invecchiato principe. Si tratta di strani

segnali, eventi misteriosi che si sono accumulati, 

come neve sulle alture di Orvieto, in questo 

anno settecentottanta di fondazione dell'Urbe.

La storia del marinaio di Paxos, una relazione

inspiegabile, una cronaca senza senso.

Voci addolorate che si sono impossessate della nave

dicendo: "Tatmos, quando giungerai a Butrebe

annuncia a tutti che il dio Pan è morto ”.

Tiberio cammina nel più blu dei cieli.

È possibile, forse, che un dio muoia?

Ho dato la morte a migliaia di uomini, traditori,

ladri e nemici dell'Impero. Erano uomini

figli di donna e dovevano morire, ma un dio?

Caio Tiberio Cesare sente che la luce di Capri,

la più trasparente delle luci della terra,

s'introduce dolorosamente nel suo petto.

Prima della storia del marinaio di Paxos,

un liberto giunto dall'Oriente gli parlò di quel

falso profeta crocifisso in Palestina:

"I suoi seguaci dicono che sia risorto, Cesare,

però sono persone incolte e superstiziose ”.


(de Espacios en fuga -Poesía reunida, 1974-2010. Colección La cruz del sur. Editorial Pre-Textos 2012)

PUEBLO/PAESELLO

de/di Juan Carlos Mestre

(trad. Marcela Filippi)


Absolutamente destruidos el destino del sueño y el palomar del príncipe

Los amantes los pies de las nubes la edad de las estrellas en el telescopio

Cuando las monedas del trueno los yunques amados los imanes natales

Arrastran los juegos inevitables las tierras miradas por los otoños atentos

Tan sencillas como ruiseñores bordados en la corbata llegan sus hojas

Las nieves claras los chales nocturnos sobre las rubias botellas del árbol vacío

Los sonidos quebrados las campanas pisoteadas por la vendimia

Sentado junto al límite donde el viento arroja sus ojos de niño cansado

El sincero sol las nieblas que heredan el espejo popular de los ríos 

Solitario como un naipe perdido el valle la dudosa rosa sobreviviente 

El enigma de todos los mundos que les ha otorgado dominio

Y los transparentes padres las lámparas de la ruina son un pueblo de amor 

Cenan bajo las bombillas de lana observados por la sonrisa de los suyos

Se levantan como viajeros que hubieran llegado al centro de la noche

La gran soledad que se despoja de sus párpados y entra en las horas

Los cielos serrados los trabajos invernales sobre quienes aún siguen viviendo

Y todo como un aro como un sendero de caballos que nunca hubiera existido

Y todo como una casa donde pernoctase oculta la médula de la adivinación.


Assolutamente distrutti il destino del sogno e della torre colombaia del principe 

Gli amanti i piedi delle nuvole l'età delle stelle nel telescopio 

Quando le monete del tuono le amate incudini i magneti nativi 

Trascinano i giochi inevitabili le terre osservate dagli autunni vigili

Così semplici come gli usignoli ricamati nella cravatta giungono le sue foglie 

Le limpide nevi gli scialli notturni sulle bionde bottiglie dell'albero vuoto 

I suoni spezzati le campane calpestate dalla vendemmia 

Seduto vicino al limite dove il vento getta i suoi occhi da  bambino stanco 

Il sole sincero le nebbie che ereditano lo specchio popolare dei fiumi 

Solitario come una carta perduta la valle la dubbiosa rosa sopravvissuta 

L'enigma di tutti i mondi che elargito loro dominio 

E i genitori trasparenti le lampade della rovina sono un popolo d'amore 

Cenano sotto i lumicini di lana osservati dal sorriso dei congiunti 

Si alzano come viaggiatori che hanno raggiunto il centro della notte

La grande solitudine che si leva dalle loro palpebre ed entra nelle ore 

I cieli coperti i lavori invernali su coloro che ancora continuano a vivere

E tutto come un cerchio come un sentiero di cavalli che mai sarebbe esistito 

E tutto come una casa dove pernotterebbe il midollo della divinazione.


                                                                                                        (de La bicicleta del panadero)

COLORES INVENTADOS/COLORI INVENTATI

 de/di Santos Domínguez Ramos

(trad. Marcela Filippi)


Lo cuentan las paredes 

desde la luz oblicua que ilumina los sueños

y en la magia del lienzo 

lo dicen los pigmentos que inventan los colores:

el verde iridiscente, el trabajoso púrpura

o el ocre más austero,

los azules gloriosos que vio el renacentista,

las gamas de ultramar que intuyó un argonauta.


Y el tiempo también pinta con su velo de niebla 

la voz desvanecida de una tarde imprecisa,

los mapas de la luz, el color variable 

de cobre y tierra cruda.


Es el tiempo quien toca

el teclado de luz que tañe el arco iris,

la matizada vibración del aire 

en azules lejanos y blancos duraderos, 

o en bosques incendiados de oro viejo y cobalto.


Las estrellas de plomo y las luces del norte, 

las gamas de la tierra y el verde de la muerte

son espectros visibles de las fuentes oscuras

y su escala de sombras saturadas y líquidas.


Es el tiempo el que pinta la armónica secuencia 

que teje los matices de las horas,

lo que queda de un sueño después de la tormenta,

su azul de lejanías que dispersa la tarde.



Lo raccontano i muri

dalla luce obliqua che illumina i sogni

e nella magia della tela

lo dicono i pigmenti che inventano i colori:

il verde iridescente, il laborioso porpora

o l'ocra più austera,

i gloriosi blu che vide il rinascentista,

le gamme d'oltremare che un argonauta percepì.


E anche il tempo dipinge con il suo velo di nebbia

la voce sbiadita di una sera imprecisa,

le mappe della luce, il colore variabile

di rame e di cruda terra.


È il tempo che preme

la tastiera di luce che accende l'arcobaleno,

la sfumata vibrazione dell'aria

in lontani blu e bianchi duraturi,

o in boschi incendiati di oro vecchio e di cobalto.


Le stelle di piombo e le luci del nord,

le gamme della terra e il verde della morte

sono spettri visibili delle oscure sorgenti 

e delle loro scale di ombre sature e liquide.


È il tempo che dipinge l'armonica sequenza

che tesse le sfumature delle ore,

ciò che resta di un sogno dopo la tempesta,

il suo blu di lontananze che disperde la sera.


                           (de Regulación del sueño. Premio Poesía Flor de Jara. Diputación de Cáceres 2020)

 

giovedì 22 aprile 2021

AMOUR FOU

 de/di Luis Alberto Cuenca

(trad. Marcela Filippi)


Los reyes se enamoran de sus hijas más jóvenes. 

Lo deciden un día, mientras los cortesanos 

discuten sobre el rito de alguna ceremonia 

que se olvidó y que debe regresar del olvido. 

Los reyes se enamoran de sus hijas, las aman 

con látigos de hielo, posesivos, feroces, 

obscenos y terribles, agonizantes, locos. 

Para que nadie pueda desposarlas, plantean 

enigmas insolubles a cuantos pretendientes 

aspiran a la mano de las princesas. Nunca 

se vieron tantos príncipes degollados en vano. 


Los reyes se aniquilan con sus hijas más jóvenes, 

se rompen, se destrozan cada noche en la cama. 

De día, ellas se alejan en las naves del sueño 

y ellos dictan las leyes, solemnes y sombríos.



I re s'innamorano delle loro figlie più giovani.

Lo decidono un giorno, mentre i cortigiani

discutono sul rito di qualche cerimonia

dimenticata e che deve tornare dall'oblio.

I re si innamorano delle loro figlie, le amano

con fruste di ghiaccio, possessivi, feroci,

osceni e terribili, agonizzanti, folli.

Affinché nessuno possa sposarle, pongono

enigmi insolubili a quanti pretendenti

aspirino alla mano di principesse. Mai

si sono visti tanti principi sgozzati invano.


I re si annichiliscono con le loro figlie più giovani,

si sconquassano, si dilaniano ogni notte nel letto.

Di giorno, esse si allontanano sulle navi del sogno

ed essi dettano le leggi, solenni e adombrati.


                                                                                                  (de La caja de plata, 1985)

martedì 20 aprile 2021

POEMA DEL SOLDADO (IV)/POEMA DEL SOLDATO (IV)

de/di Angelina Gatell

(trad. Marcela Filippi)


 Cuando esos hombres vuelvan a sus vidas,

a sus cosas diarias, su trabajo o sus sueños.

Cuando pongan sus manos

en la esposa o en el hijo,

ya no serán los mismos.


No es posible que vuelvan indemnes, sin memoria,

dejando atrás el odio,

el terror y la sangre

con que se fue cubriendo la tierra que pisaron.

No es posible que olviden

tantan fuentes abiertas de improviso, en los pechos...


No es posible que olviden que olviden los campos arrasados

donde esparcieron

su tristeza o su furia

como simiente única augurando

la cosecha futura.


Ya no serán los mismos.

Volverán sin canciones.

Un profundo cansancio ocupará sus ojos

donde muerte y paisaje,

donde limo y metralla se confunde

para siempre fijados en la absorta pupila.


Ya no serán los mismos

les durará el recuerdo de los días quemados

en lo hoguera del odio,

cuando dieron al viento su desnuda fiereza.

Serán hombres amargos

de silencio y de espino.


Y seguirá la guerra

en un lugar cualquiera

de ese inmenso dominio

donde reina callando,

sin piedad tanta veces.


Y seguirá la guerra mordiendo los hogares

con dentellada oculta.

Y seguirá la guerra presidiendo los días.

Y en las mesas del mundo, a la hora del rito,

entre el pan amasado por las manos del hombre

levantará la guerra su lívido fantasma.


Y rozando la aurora,

junto a lechos nupciales

donde el hombre edifica día a día el futuro

que su instinto reclama,

allí estará la guerra, enturbiando los ojos

de los niños que un día brotarán en el tiempo.


La guerra en todas partes, con su coro terrible

de muertos sin descanso,

de muertos en zozobra,

incumplidos, acerbos,

sin reposo posible.


***

Yo no entiendo sus cantos.

Yo no sé por qué luchan.

Yo no siento en mis venas la inclemente llamada 

del horror circulando. 


Pero sé que nos queda muy abierta la herida, 

muy cansada la tierra; 

que el silencio reemplaza la canción de otros días; 

que los campos se cubren de ceniza y salitre, 

que ni el trigo ni el hombre, 

ni la rosa ni el árbol volverá a ser lo mismo.



Quando quegli uomini torneranno alle loro vite

alle loro cose quotidiane, al loro lavoro o ai loro sogni.

Quando poseranno le loro mani

sulla moglie o il figlio,

non saranno più gli stessi.


Non è possibile che tornino indenni, senza memoria,

lasciando dietro l'odio,

il terrore e il sangue

con cui si ricoprì la terra che calpestarono.

Non è possibile che dimentichino

tante sorgenti aperte all'improvviso, nei petti ...


Non è possibile che dimentichino i campi distrutti

dove hanno sparso 

la loro tristezza o la loro furia

come unico seme augurando

il raccolto futuro.


Non saranno più gli stessi.

Torneranno senza canzoni.

Una profonda stanchezza occuperà i loro occhi

dove morte e paesaggio,

dove limo scheggia si confondono

fissati per sempre nell'assorta pupilla.


Non saranno più gli stessi

perdurerà in loro il ricordo dei giorni bruciati

nel fuoco dell'odio,

quando diedero al vento la loro nuda fierezza.

Saranno uomini amari

di silenzio e di spino.


E la guerra continuerà

in un luogo qualsiasi 

di quell'immenso dominio

dove tacendo regna,

troppe volte senza pietà.


E la guerra continuerà a mordere il focolare

con dentata occulta.

E la guerra continuerà a presiedere i giorni.

E sulle tavole del mondo, nell'ora del rito,

tra il pane impastato dalle mani dell'uomo

scatenerà la guerra il suo livido  fantasma.


E sfiorando l'aurora,

vicino a letti nuziali

dove l'uomo costruisce giorno dopo giorno il futuro

che il suo istinto reclama,

lì ci sarà la guerra, intorbidendo gli occhi

dei bambini che un giorno germoglieranno nel tempo.


La guerra ovunque, con il suo coro terribile 

di morti senza riposo,

di morti in agitazione,

incompiuti, acerbi,

senza riposo possibile.


***

Io non capisco i loro canti.

Io non so perché lottano.

Io non sento nelle mie vene l'inclemente richiamo

dell'orrore circolando.


Ma so che a noi rimane molto aperta la ferita,

molto affaticata la terra;

che il silenzio sostituisce la canzone di altri giorni;

che i campi si coprono di cenere e di salnitro,

che né il grano né l'uomo,

né la rosa né l'albero saranno più gli stessi.


                  (de El poema del soldado. Premio "Valencia" de Poesía 1954. Bartleby Editores, edición 2020)




EL PEZ DE MI HIJA/IL PESCE DI MIA FIGLIA

 de/di Arturo Gutiérrez Plaza

(trad. Marcela Filippi)


Una pecera de 50 cms. de perí­metro

y 15 cms. de diámetro

(aproximadamente medio litro de agua turbia),

a eso se reduce el universo

de Alfonso (el pez de mi hija).

 

Le echamos comida una vez al dí­a.

 

El abre la boca como lo hacen los peces,

como un mimo aprendiendo a hacer burbujas.

Lo miro con lástima,

con falsa misericordia

y le comento a Gaby: “qué pecesito tan lindo”.

 

De noche, cuando todos duermen,

me levanto y voy a la cocina.

Alfonso permanece insomne,

me mira con firmeza

(no sólo porque le falten los párpados).

Me interroga con sus ojos inmensos

tan cóncavos como la pecera que los contiene.

Me consuela, se aflige de mí­

y sigue dando vueltas distraí­do

sobre sí­ mismo.

 

Tal como yo.




Un pesciera di 50 cm di perimetro

e 15 di diametro

(circa mezzo litro di acqua torbida),

a questo si riduce l'universo

di Alfonso (il pesce di mia figlia).

 

Gli diamo da mangiare una volta al giorno.

 

Lui apre la bocca come fanno i pesci,

come un mimo che impara a fare le bolle.

Lo guardo con dispiacere

con falsa misericordia

e commento a Gaby: "che pesciolino carino!".

 

Di notte quando tutti dormono

mi alzo e vado in cucina.

Alfonso permane insonne,

mi guarda con fermezza

(non solo perché gli mancano le palpebre).

Mi interroga con i suoi occhi immensi

tanto concavi quanto la pesciera che li contiene.

Mi consola, si affligge per me

e continua distratto a fare giri

su se stesso.

 

Proprio come me.



                                      (de El cangrejo ermitaño. Antologí­a poética, Colección Visor de Poesí­a 2016)