sabato 8 novembre 2025

UN CUADRO DE HOPPER/UN QUADRO DI HOPPER

de/di Rodolfo Serrano
(trad. Marcela Filippi)

Habitación con frío y la tristeza
de una pareja a solas por la noche.
Hoteles sin papeles y sin nombres.
Sin palabras apenas ni futuro.

Adoras el color del tiempo viejo.
Con la cama deshecha y con la ropa
tirada, abandonada en la moqueta.
(Por el pasillo se escuchan tenues voces).

Discreta la pasión. Noche discreta.
Imaginados sueños. Los amores
brillando suavemente en el espejo
del baño blanco y frío de quirófano.

La soledad de dos. Todo en silencio
después del amor fiero. Y una cierta
desolación de cuerpos en penumbra.
Un acre olor a sexo por el aire.

Una ciudad de la que nada ya recuerdas.
Con puertos o estaciones en la niebla.
Asfalto reluciente por la lluvia
que no deja de caer misericorde.

Bares abandonados a esa hora
en que la madrugada es dura y fría.
Y alguien está esperando no se sabe
si un nombre o la luz de la mañana. 

Desde el balcón abierto se divisa
una plaza sin gente y sin latidos.
Intermitente, una luz roja de neones. 
El odioso destello de ambulancias. 

Ya no puedes dormir. Una mirada
al cuerpo que está al lado, 
en el revuelto lecho. Un cigarrillo.
Sentarte en un café mientras despierta.

Levantarte. Y mirar. Y convencerte
de que vives en un cuadro de Hoper.
Y no te has dado cuenta. 


Stanza con freddo e la tristezza
di una coppia sola di notte.
Alberghi senza documenti e senza nomi.
Senza parole né futuro.

Adori il colore del tempo vecchio.
Con il letto sfatto e i vestiti
sparsi, abbandonati sulla moquette.
(Lungo il corridoio si sentono voci tenui).

Discreta la passione. Notte discreta.
Sogni immaginati. Gli amori
che brillano soavemente nello specchio
del bagno bianco e freddo da sala operatoria.

La solitudine di due. Tutti in silenzio
dopo l'amore infiammato. E una certa
desolazione di corpi in penombra.
Un odore acre di sesso nell'aria.

Una città di cui non ricordi più nulla.
Con porti o stazioni avvolti nella nebbia.
Asfalto sfavillante per la pioggia
che non smette di cadere misericorde.

Bar abbandonati a quell'ora
quando l'alba è dura e fredda.
E qualcuno aspetta, non si sa
se un nome o la luce del mattino.

Dal balcone aperto, si scorge
una piazza senza gente e senza fremiti.
Intermittente, una luce rossa al neon.
L'odioso bagliore delle ambulanze.

Non riesci più a dormire. Uno sguardo
al corpo accanto a te,
sul letto sottosopra. Una sigaretta. 
Seduto a un bar mentre si sveglia.

Alzarti. E guardare. E convincerti
di vivere in un quadro di Hopper.
E non te ne sei reso conto.

                     (De El frío de los días. Hoy es siempre ediciones, Madrid 2021)

 

Nessun commento:

Posta un commento