de/di María Ángeles Pérez López
(trad. Marcela Filippi)
Desciendo hasta tu cuerpo y me oscurezco. Me pierdo en tu penumbra, en la apretada maraña de tu boca.
Han desaparecido las huellas de enfermeras y de antílopes, de pasajeros sombríos en el atardecer del metro. Los flamboyanes son promesas rojizas que nada quieren saber de la ciudad. Gotea, sobre los túneles también sombríos, la perlada e infame desmesura del sudor. La grasa de los motores recalienta la tarde hasta asfixiarla.
Entonces, agotado ya el día, entro en ti como en una cueva fresca y sibilante. Atrás quedan las horas insulsas, los platos de comida precocinada que se adhieren al plástico, los teléfonos que suenan sin que nadie conteste. Atrás queda, al fin, la expoliación carnal de las mañanas, fibra en la que los músculos se tensan hasta abrirse en puntitos de sangre que no se ha dejado domesticar por completo.
Cuando entro en ti, todo se borra: palabras que aprieto contra el paladar hasta volverlas de agua; archivos de memoria que no encuentro; proteína que pierde su estructura en la embriaguez extrema del calor.
Cuando entro en ti, la noche me posee.
El cuerpo pertenece a su placer.
Disccendo fino al tuo corpo e mi rabbuio. Mi perdo nella tua penombra, nel fitto groviglio della tua bocca.
Sono scomparse le tracce di infermiere e di antilopi, di passeggeri cupi all'imbrunire della metro. I flamboyants sono promesse rossastre che nulla vogliono sapere della città. Gocciola, nelle gallerie anch'esse cupe, la perlacea e infame dismisura del sudore. Il grasso dei motori surriscalda la sera fino ad asfissiarla.
Poi, esaurita la giornata, entro in te come in una grotta fresca e sibilante. Dietro restano le ore insulse, i piatti di cibi precotti che si attaccano alla plastica, i telefoni che squillano senza che nessuno risponda. Dietro resta, alla fine, la spogliazione carnale delle mattine, fibra su cui i muscoli si tendono fino ad aprirsi in piccoli punti di sangue che non si è fatto domare completamente.
Quando entro in te, tutto si cancella: parole che stringo contro il palato fino a farle diventare acqua; archivi di memoria che non trovo; proteina che perde la sua struttura nell'estrema ebbrezza del calore.
Quando entro in te, la notte mi possiede.
Il corpo appartiene al suo piacere.
(Del libro Incendio mineral. Vaso Roto Ediciones. Madrid 2021)
Precioso el poema en su castellano, y preciosísima su traducción al Italiano. Mil gracias!
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