de/di Luis Alberto de Cuenca
(trad. Marcela Filippi)
En el sueño tu madre (¿era tu madre,
con aquel camisón azul celeste
y los ojos vacíos?), en la casa
de tus abuelos, vaga por las sombras
de aquel pasillo que te daba miedo
—un miedo irresistible, insoportable—
y se para un momento frente al cuarto
oscuro donde tú buscas juguetes
en lóbregos armarios, y le dices:
«¡Mamá, los he encontrado, están aquí!
¡No se los diste a nadie, son los mismos
que tuve entonces! ¿No los ves? ¿Qué hago
con ellos? ¿Me los llevo? ¿Se los dejo
a los fantasmas? Dime, mamaíta,
¿me los puedo llevar?». Y una voz dulce
te responde: «Son tuyos, hijo mío,
pero no existen en tu realidad.
Fíjate bien en ellos. Están hechos
de nada: se disuelven en tus manos.
Como yo, vida mía, como yo».
LA STANZA BUIA
Nel sogno tua madre (era tua madre,
con quella camicia da notte azzurra
e occhi vuoti?), in casa
dei tuoi nonni, vaga per le ombre
di quel corridoio che ti spaventava
—una paura irresistibile, insopportabile—
e si ferma un momento davanti alla stanza
buia dove tu cerchi dei giocattoli
in lugubri armadi, e le dici:
«Mamma, li ho trovati, sono qui!
Non li hai dati a nessuno, sono gli stessi
che avevo allora! Non li vedi? Cosa faccio
con essi? Li porto via? Li lascio
ai fantasmi? Dimmi, mammina,
posso prenderli?». E una voce dolce
ti risponde: «Sono tuoi, figlio mio,
ma non esistono nella tua realtà.
Guardali bene. Sono fatti
di nulla: si dissolvono tra le tue mani.
Come me, vita mia, come me».
(De Los mundos y los días. Poesía 1970-2009. Colección Visor de Poesía. Madrid 2019)
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