de/di Marta López Vilar
(trad. Marcela Filippi)
A Jristos
Cada mañana esperaba tu regreso,
ver las aves invisibles que te anunciaran a mí
desde el puerto silencioso que tiene la memoria.
El día de tu regreso era un lugar hueco de luz,
una palabra dormida en la sombra
que te esperaba sin nombre.
Pero nunca vi llegar los barcos ni las aves.
Sólo sentí el tacto ceniciento de la espera
descender las horas,
abrazar el cuerpo,
exiliar la vida, lentamente,
en cada ola donde se confiesan los que han muerto.
(de La palabra esperada, poesía Hiperión. Madrid 2007)
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