de/di Santos Domínguez Ramos
(trad. Marcela Filippi)
No existe más memoria que la de las heridas
Czeslaw Milosz
Como estatuas de sal,
se han quedado los días detenidos
con su silencio azul sobre el borde del tiempo.
Al otro lado en sombra de la tarde,
el agua, lentamente,
pregunta por el humo que se aleja.
Árboles repetidos al borde azul del viento
que azota las orillas calladas de la tarde.
Un viento en el que habitan la rosa y las cenizas,
por alamedas verdes en las que cae la noche
profunda del olvido.
Como un puñal de nieve, con su viento afilado
entra la noche aguda de diciembre
para segar la luz dura que silba
su huida en el jardín.
Un pájaro de hielo lo acompaña en un soplo.
Non c'è maggior memoria di quella delle ferite
Czeslaw milosz
Come statue di sale,
sono rimasti fermi i giorni
con il loro silenzio blu sull'orlo del tempo.
Dall'altra parte nell'ombra della sera,
l'acqua, lentamente,
chiede del fumo che si allontana.
Alberi ripetuti sull'orlo blu del vento
che percuote i bordi silenziosi della sera.
Un vento abitato dalla rosa e dalle ceneri,
lungo viali verdi in cui cade la notte
profonda dell'oblio.
Come un pugnale di neve, con il suo vento tagliente
entra l'acuta notte di dicembre
per falciare la luce dura che sibila
la sua fuga in giardino.
Un uccello di ghiaccio lo accompagna in un soffio.
(de Regulación del sueño. Premio Poesía Flor de Jara. Diputación de Cáceres 2020)
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