de/di Miguel Ángel Yusta
(trad. Marcela Filippi)
Las piedras del viejo Colosseo hablaron en la noche.
Se mecía la noche entre las viejas piedras
y les prestaba un manto de muda eternidad.
Las calles dormían húmedas, frías,
desiertas y llenas de presagios.
Se ocultaba la vida en cómodos salones,
pero yo caminaba por la nocturnidad alevosa,
buscando en las esquinas del recuerdo
un instante de gloria.
Los frenos de un coche lejano
rompían el silencio
y la tibia luz de alguna ventana
testificaba apenas la presencia del hombre.
Yo pensaba en aquellos que habían sido grandes,
me preguntaba por la razón de sus vidas,
por su grandeza crucificada...
Sólo el silencio acudía a la cita
y entre las ruinas del viejo Coliseo
la sombra de un imperio se alzaba vacilante.
Le pietre del vecchio Colosseo hanno parlato nella notte
La notte si cullava tra le vecchie pietre
e prestava loro un manto di nuda eternità.
Le strade dormivano umide, fredde,
deserte e piene di presagi.
La vita si occultava in comodi salotti,
ma io camminavo nella notte insidiosa,
cercando negli angoli della memoria
un istante di gloria.
I freni di un'auto lontana
rompevano il silenzio
e la tiepida luce di qualche finestra
testimoniava appena la presenza dell'uomo.
Pensavo a quelli che erano stati grandi,
mi domandavo sulla ragione delle loro vite,
sulla loro grandezza crocifissa ...
Solo il silenzio si presentava all'appuntamento
e tra le rovine del vecchio Colosseo
l'ombra di un impero si alzava vacillante.
(del libro Pasajero de otoño)
Muchas gracias, Marcella...
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