de/di Javier Lostalé
(trad. Marcela Filippi)
I
En el hueco que separa dos cuerpos desnudos
hay un cielo pálido de mañana cansada,
una circulación húmeda de silencios
pues labios en cenit aún fulgen desligados.
No existe distancia entre dos cuerpos desnudos,
sino sólo un primitivo pulso sin historia,
un envión de nube táctil sin rostro.
Todo se hunde en la maravilla aplazada de su término
mientras las palabras se apagan entre latidos de mercurio.
En la pequeña asfixia luminosa sucede entonces el mundo.
II
En el hueco que separa dos miradas
crepitan las ramas mojadas del deseo,
y amanece una marisma de vuelos encendidos
que pronto se desvanece en humo azul
donde tiembla, virgen, la respuesta.
No existe distancia entre dos miradas
sino sólo aire suspenso en su envío secreto.
Nadie nunca sabrá quién primero conquistó tan frágil dominio.
Nunca nadie dirá lo que ni la inocencia supo.
III
En el hueco que separa dos silencios
algo se clausura con debilidad de rosa,
mientras la tristeza fluye como un astro de luz fija
que besa la memoria con los últimos sonidos.
No existe distancia entre dos silencios
sino sólo el espacio transparente de una lágrima,
la sepultada aurora del vacío.
III
En el hueco que separa dos silencios
algo se clausura con debilidad de rosa,
mientras la tristeza fluye como un astro de luz fija
que besa la memoria con los últimos sonidos.
No existe distancia entre dos silencios
sino sólo el espacio transparente de una lágrima,
la sepultada aurora del vacío.
I
Nello spazio che separa due corpi nudi
C'è un cielo pallido di mattina stanca,
una circolazione umida di silenzi
giacché labbra allo zenit splendono ancora separate.
Non esiste distanza tra due corpi nudi,
ma solo un primitivo impulso senza storia,
una spinta di nuvola tattile senza volto.
Tutto sprofonda nella meraviglia posticipata della sua fine
mentre le parole si spengono tra palpiti di mercurio.
Allora nella piccola asfissia luminosa accade il mondo.
II
Nello spazio che separa due sguardi
crepitano i rami bagnati del desiderio,
e albeggia una maremma di voli illuminati
che presto svanisce in fumo azzurro
dove trema, vergine, la risposta.
Non esiste distanza tra due sguardi
ma solo aria sospesa nel suo invio segreto.
Nessuno saprà mai chi per primo ha conquistato un così fragile dominio.
Nessuno dirà mai ciò che nemmeno seppe l'innocenza.
III
Nello spazio che separa due silenzi
qualcosa si chiude con fragilità di rosa,
mentre la tristezza scorre come un astro di luce fissa
che bacia la memoria con gli ultimi suoni.
Non esiste distanza tra due silenzi
ma solo lo spazio trasparente di una lacrima,
l'alba sepolta del vuoto.
(De La luz de lo perdido. Antología poética 1976-2020. Chamàn ediciones)