de/di Santos Domínguez Ramos
(trad. Marcela Filippi)
Hice un fuego, lo azul me había abandonado
Paul Eluard
En medio de la noche, en el centro del bosque
has prendido una hoguera
frente al frío silencioso de la nada,
frente al signo vacío y los días ausentes.
Se alimenta del tiempo que fija la memoria,
del recuerdo del fuego que alguien robó otra noche
del recinto sagrado donde arden las palabras.
Cartógrafo del tiempo
que ordena la memoria y las epifanías,
separa tú los sueños de los hilos de oro
que escalan en silencio
la lenta luz sin voz de la mañana
con la última campana que da al amanecer.
En el aire más alto, la palabra en lo oculto,
hacia dentro, en lo hondo, en el limo insondable,
en la limpia sintaxis de las pérdidas.
Sobre el centro del bosque,
la llama inagotable que ilumina la noche
en el espacio oscuro del poema.
Feci un fuoco, l'azzurro mi aveva abbandonato
Paul Eluard
In mezzo alla notte, al centro del bosco
hai acceso un fuoco
davanti al freddo silenzioso del nulla,
davanti al segno vuoto e ai giorni assenti.
Si alimenta del tempo che fissa la memoria,
del ricordo del fuoco che qualcuno rubò un'altra notte
del recinto sacro dove ardono le parole.
Cartografo del tempo
che ordina la memoria e le epifanie,
separa tu i sogni dai fili d'oro
che scalano in silenzio
la lenta luce senza voce del mattino
con l'ultima campana che porta all'alba.
Nell'aria più alta, la parola nell'occulto,
verso dentro, nel profondo, nel limo insondabile,
nella limpida sintassi delle perdite.
Nel mezzo del bosco
la fiamma inesauribile che illumina la notte
nel buio spazio della poesia.
(De su libro Regulación del sueño, próximamente en la Institución Cultural el Brocense de la Diputación de Cáceres.)
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