de/di Antonio Machado
(trad. Marcela Filippi)
Está la plaza sombría;
muere el día.
Suenan lejos las campanas.
De balcones y ventanas
se iluminan las vidrieras,
con reflejos mortecinos,
como huesos blanquecinos
y borrosas calaveras.
En toda la tarde brilla
una luz de pesadilla.
Está el sol en el ocaso.
Suena el eco de mi paso.
-¿Eres tú? Ya te esperaba...
-No eras tú a quien yo buscaba.
La piazza è in penombra;
muore il giorno.
Lontano suonano le campane.
Dai balconi e dalle finestre
s’illuminano i vetri,
con smorti riflessi,
come ossa biancastre
e teschi sfocati.
Su tutta la sera brilla
una luce da incubo.
Il sole è all’occaso.
Suona l'eco del mio passo.
-Sei tu? Ti aspettavo ...
- Non eri tu chi cercavo.
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