de/di Roberto Bolaño
(trad. Marcela Filippi)
En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.
A quel tempo avevo vent'anni
ed ero pazzo.
Avevo perduto un paese
ma avevo conquistato un sogno.
E se avevo quel sogno
il resto non importava.
Né lavorare né pregare
né studiare all'alba
insieme ai cani romantici.
E il sogno viveva nel vuoto del mio spirito.
Una dimora di legno,
nelle penombre,
in uno dei polmoni del tropico.
E a volte ritornavo dentro di me
e visitavo il sogno; statua immortalata
in pensieri liquidi,
un verme bianco ritorcendosi
nell'amore.
Un amore sguaiato.
Un sogno dentro un altro sogno.
E l'incubo mi diceva: crescerai.
Lascerai dietro le immagini del dolore e del labirinto
e dimenticherai.
Ma a quel tempo crescere sarebbe stato un crimine.
Sono qui, dissi, con i cani romantici
e qui resterò.
(del libro LOS PERROS ROMÁNTICOS, Acantilado Ed., Barcelona 2010)
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