de Santos Domínguez Ramos
(trad. Marcela Filippi)
Vienes por una calle
de fuentes y raíces.
Vienes por una calle
de piedras y de nubes,
de luces verticales,
de la fecundidad
del viento entre las viñas.
Yo vengo de una noche
de azules conmovidos
por la emoción del pájaro
que llegaba del frío
con el dolor de un lento
goteo de las horas.
En una orilla tú,
que vienes de los ríos
vegetales del fuego,
de los astros en giro.
En la otra orilla yo,
cercado por la oscura
ausencia de los huertos,
por el eclipse opaco
de la luz en la sangre.
Por donde no va nadie
vienes tú como viene
el silencio del sol,
su promesa caliente.
¿Te acuerdas? Donde estábamos
el tiempo era en el agua
un transcurso callado,
una corriente oscura,
un soplo de silencio.
En la calle del aire
la bajamar del tiempo
desemboca en el túnel
ingrávido del sueño.
Vieni da una strada
di fonti e radici.
Vieni da una strada
di pietre e di nuvole,
di luci verticali,
dalla fecondità
del vento tra i vigneti.
Io vengo da una notte
di azzurri commossi
dall'emozione dell'uccello
che veniva dal freddo
con il dolore di un lento
gocciolare delle ore.
Su una sponda tu,
che vieni dai fiumi
vegetali del fuoco,
dagli astri in movimento.
Sull’altra sponda io,
circondato dall’oscura
assenza degli orti,
dall'eclissi opaca
della luce nel sangue.
Verso dove non va nessuno
vieni come viene
il silenzio del sole,
la sua calda promessa.
Ti ricordi? Dov’eravamo
il tempo era nell'acqua
un corso silente,
una corrente oscura,
un soffio di silenzio.
Sulla strada dell'aria
la bassa marea del tempo
confluisce nel tunnel
lieve del sogno.
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