de Jose Carlos Cataño
(trad. Marcela Filippi)
Para recordar a José con levedad
Para recordar a José con levedad
Eugène Mallarmé, ilustre profesor del Colegio de Francia, publica en 1899 su monumental Histoire Naturelle du Crocodile Africain. Un año más tarde tiene ocasión de pisar el continente negro.
Ahora se encuentra en Rwonga, ante su primer ejemplar vivo de la especie. La sangre, de pronto, se le hiela, el cocodrilo avanza y Eugène Mallarmé se sube a un banano.
Erguido sobre los cuartos traseros, el monstruo repta y se encarama.
Las últimas palabras del sabio, según los desconsolados testigos, fueron estas:
-Mais non! Mais non! Les crocodiles ne montent pas aux arbres!
Per ricordare José con levità
Eugène Mallarmé, illustre professore del Collegio di Francia, pubblica nel 1899 la sua monumentale Histoire Naturelle du Crocodile Africain. Un anno dopo ha l'opportunità di mettere piede nel continente nero.
Ora si trova a Rwonga, davanti al suo primo esemplare vivo della specie. Il sangue, all’improvviso, gli si gela, il coccodrillo avanza e Eugène Mallarmé sale su una banano.
Eretto sui quarti posteriori, il mostro striscia e si arrampica.
Le ultime parole del saggio, secondo gli sconsolati testimoni, furono queste:
-Mais non! Mais non! Les crocodiles ne montent pas aux arbres!
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José Carlos Cataño, en una ocasión en la que le pedí algunas aclaraciones, me explicó que el libro "El consúl del mar del norte" del que elegí este poema en prosa, se basa en un alter ego: un cónsul alemán en Kenia durante La gran guerra. El cónsul está esperando, como en "Bajo el volcán", que un día lleguen los británicos y lo tomen prisionero o lo maten; ambos países estaban en guerra. A partir de ahí el tono y el paisaje "africano". Pero los nombres propios están completamente inventados. El autor básicamente habla de sí mismo.
José Carlos Cataño, in un'occasione in cui gli ho chiesto alcuni chiarimenti, mi spiegò che il libro "El consúl del mar del norte" (Il console del mare del nord) dal quale ho scelto questa poesia in prosa, si basa su un alter ego: un console tedesco in Kenya durante la Grande Guerra. Il console, sta aspettando, come in "Bajo el volcán" (Sotto il vulcano) che un giorno arrivino i britannici e lo facciano prigioniero o lo uccidano; entrambi i paesi erano in guerra. A partire da lì il tono e il paesaggio "africano". Ma i nomi propri sono completamente inventati. L'autore praticamente parla di se stesso.
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