de/di Pablo Neruda
(trad. Marcela Filippi)
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
Mi piaci quando taci perché sei come assente
e mi ascolti da lontano e la mia voce non ti tocca.
Sembra che gli occhi ti sian volati via
e sembra che un bacio serrasse la tua bocca.
Poiché tutte le cose sono piene della mia anima
emergi dalle cose, piena dell’anima mia.
Farfalla di sogno, assomigli alla mia anima,
e somigli alla parola malinconia.
Mi piaci quando taci e sei come distante.
E sembri lamentarti, farfalla in brusio.
E mi ascolti da lontano, e la mia voce non ti giunge:
lasciami tacere col silenzio tuo.
Lascia che ti parli anche col tuo silenzio
chiaro come una lampada, semplice come un anello.
Sei come la notte, silenziosa e costellata.
Il tuo silenzio è di stella, così lontano e semplice.
Mi piaci quando taci perché sei come assente.
Distante e dolorosa come se fossi morta.
Poi una parola, un sorriso bastano.
E sono felice, felice che non sia vero.
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